ATELIER VACÍO

Fragmento del texto de Francisco Jarauta
del catálogo exposición «La piedra y el aire», Madrid 2006

Una visita al atelier de Brancusi te sitúa en la perpleja situación de no saber si se trata de sombras perdidas o si aquel bosque de esculturas debe ser visto como la parte más real del mundo. Mitad totems, mitad formas, ocultas en el enmarañado espacio de sombras y contraluces, cada una de ellas pertenece por igual a lo real y a lo soñado, convirtiendo así la anterior perplejidad en la sensación de una visión. Sabemos cómo al fotografiar su obra Brancusi jugaba al ilusionismo, es decir, imponía a su obra ese espacio añadido en el que sueño y realidad se confunden.

He intentado imaginarme ese espacio vacío, ocupado tan sólo por la luz. Y esa imagen del atelier vacío constituye el espacio ideal a la hora de representar el juego particular de formas que definen la escultura. En ese espacio vacío, como en la page blanche mallarmiana, se define el trabajo del pensar. Ahí nacen los pequeños gestos, las ideas fugaces, los primeros atisbos, mordidos por la duda de todo lo innecesario. Es a partir de este juego de luces y sombras que cobran cuerpo aquellos volúmenes que deciden el destino de las formas. Paul Valery advertía, al hablar de la escultura, que la tensión se resolvía a favor de la forma sin exigir a la materia la renuncia a su capacidad expresiva. No siempre es así.

LOS MATERIALES

Fragmento del texto de Eliseo Izquierdo
del catálogo exposición, Puerto de la Cruz 2000

La Pasión de Pedro Zamorano por la escultura renació en Canarias al socaire de su vocación por la geología. Antes de llegar a la Gomera había hecho alguna obra, dice él seducido por la fresca belleza y la fuerza expresiva de la de Oteiza, los años que vivió en el país vasco. Luego fue la decisión de dar un salto coopérnico e instalarse en el otro extremo.En la isla comenzó a investigar y a descubrir, en la variedad casi inabarcable de muestras rocosas que atesora, piezas de hermosa textura, de inusitadas calidades cromáticas, de formas sugerentes. Conoció al veterano geólogo Telesforo Bravo, con quien se pateó, encandilado por tanta belleza, hasta los más apartados y olvidados senderos isleños. Pero su mirada era otra. Miraba con ojos de artista. Sus hallazgos selectivos testimonian, es verdad, el caudal extraordinario que desde la perspectiva geológica han depositado en la Gomera las convulsiones telúricas que terminaron por configurar la isla como un enorme puño crispado que surge del mar. Pero dice mucho más, sin duda, de su intuición, de su sensibilidad para atisbar con seguridad las formas encerradas en la calidad de esas piedras que parecían olvidadas para siempre entre tempestades de rocas o como restos de un inmenso naufragio y Pedro Zamorano ha ido recuperando con paciencia: basaltos de grano fino, traquitas, diabasas verdinegras, gabros, todo un riquísimo repertorio que sólo serían despojos minerales de remotos cataclismos y sacudidas de la tierra si la mirada certera del artista no las hubiese redimido, transfigurándolas por el arte.

Proceso de trabajo de pedro zamorano

En este video con diapositivas, podrás presenciar la transformación asombrosa de la piedra en magníficas obras de arte. Desde los primeros trazos hasta el último detalle, cada diapositiva revelará los pasos meticulosos y la dedicación de Pedro para dar forma a sus esculturas. Admira cómo cada golpe de cincel y cada pulido gradualmente revelan la forma final, destacando su talento y maestría. ¡No te pierdas este fascinante viaje a través del proceso creativo de Pedro Zamorano!